POEMAS



              VELADA DEL CAFÉ TORRES
           

            La muerte toca el piano en el Bar Torres
            En la noche de bruma y de ceniza.

            Sobre las teclas blancas
Las yemas amarillas         
Derraman el rondó de nicotina
Y tiembla en el acorde
El bisoñé teñido del artista.

En estas noches negras de lírica y boleros
Donde arden las polillas al corro de las velas
Y el humo del tabaco revuela y serpentea,
Los muertos ya reviven con el ardiente vino
Y la ópera a capella de la diva plateada
Hace temblar las lámparas arañas del techo.

Danza la muerte el vals del café Mozart
En las noches románticas del centro
Y los mozos taciturnos en hileras
Esperan abatidos los pedidos
En el fondo cotidiano de este infierno.

¡ Aplaudan al pianista, fantasmas de la nada
Aplaudan la cantata de la falsa italiana!
Detrás de los espejos, en la barra.

La noche cómplice de tanto crimen
Guardiana de tanta miseria
Nos envuelve en su bolero pegajoso
Para olvidar la angustia que hierve en nuestras venas.


Al final de la fiesta,
Cuando se hayan extinguido las últimas velas
Y hayamos despertado de nuestra borrachera
Volveremos a encontrarnos 
Sin reconocernos,
En la calle, en las micros
Andaremos como zombies bajo la dura realidad
Y nos recogeremos sin decir palabra
en nuestras madrigueras.

Abierto quedó el piano
En el Café Torres
Hasta la próxima velada...

/ 1981




BOITE ZEPPELIN  ´81


Bailan las gordas estriptiseras en la boite negra
bailan las rubias pordioseras agrias marineras
bailan las estrellas de papel diamante las botellas
y las trampas bailan
al son de las putas las trompetas
lucen la carne flagelada por noches que degüellan
esperando la música acabe justo
en el momento de poner
el sexo sobre la silla y no se vea
no sea cosa que de las mesas salgan sombras que se prendan
bailando como ellas
para tocarlas, gordas estriptiseras,
no sea cosa que vengan de la calle las panteras
los gordos oficiales charreteras, metrallas y banderas...

Bailan entonces de nuevo escondiendo el sexo
las gatas ululantes las bomberas
luciendo los mordiscos moretones
los golpes
los crespones las ojeras
mientras pasa la noche borracha cantinera
y el Zeppelin se cierra como una tumba abierta.



                                                      Revista La Gota Pura nº 1 / 1981

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CAFÉ CORDANO
       
                                       a  J.T.S.

Daría todo el oro del Perú
Por ver aparecer tu paso suave
En este rincón de los Desamparados.

Aquí, en la Unión Chica de Lima
Este viejo full bar,
Este río Jordán de copas y espejos
Abrumados por el tiempo.

Las moscas adormiladas
Las manchas en los manteles
Los murmullos de los consabidos fantasmas.

La sombra de los ausentes
Los garzones adormecidos
El silencio de la tarde detenida
El reloj sin punteros sobre el muro
Y la puerta giratoria del Cordano


Todo esto te recuerda
Viejo crack lautarino de Santiago.

Y tú allá en esa oscura nueva york desamparada
En Santiago de Chile espectral,
Entre sepultureros y fantasmas
Estarás bebiendo el penúltimo vaso de cerveza
Antes de que todos se vayan…


                                         Lima, 1981 / Estación de Los Desamparados

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DESPEDIDA


Adiós bella crueldad de estos acantilados
Estos blancos faldeos nunca más
Ni estas orillas blancas
Ni estas lenguas rosadas de la espuma.

Adiós festines de las ondas sobre el agua.
Dulzura de la sal en las mareas…

Adiós estelas, cantiles y témpanos viajeros en el cielo.

 Las garzas a la orilla levantan sus pañuelos.


   Adiós, adiós...

      Y yo levanto el ancla
      Suelto la amarra
      Que me ata a este despeñadero.

Este largo pitazo de sirena
Mi saludo
Es mi llanto mi gemido mi alarido

                                            ¡ Adióooooooooooooos,

                                                           Adióoooooooooooooooooos! 
                                    
                                                     Frágil embarcación
cada vez más lejana, más pequeña,
hasta  desaparecer por completo
más allá de todo horizonte...

                                                                                Lima 1981
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FEMICIDIO


Un puñado de cenizas
En la lengua
Los ojos cerrados
Espero el golpe certero
De tu odio.

Con el rabillo del ojo
Veo brillar la daga homicida
Que quieres clavarme
Raudo
Decidido.

No hay testigos de los hechos.

Avanzas,  loco de ti.
El grito mudo en mi garganta
me ensordece sin salir al aire…


¡ Nosotros,  que fuimos tan felices !


Puerto Peral, Carahue, 2006



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VIGILIA


Oscuridad de la noche
Velo y respiro tu silencio.

Mi existencia baldía
Cada noche se derrama
Día a día
En tí.

Noche a noche la vigilia
La certeza incierta
De vivir y morir.

Su clamor no cesa.

¿A qué dar vueltas a la hora?
¿A qué clamar en desvarío?

Coronada por la duda
Me desvelo
Vida
Me desvivo en tí.

Ajena vida
Vigilante muerte
Me persigues
Me llevas de la mano
Me arrastras día a día
De la noche a la noche
De la nada a la nada
De la Oscuridad a la Oscuridad

                                                           Paris, 1986. 




LA HORA DEL LOBO






Es la hora del lobo.
La madre cierra suavemente las persianas.
Salen de sus oscuros escondites las polillas,
las baratas.
Puertas adentro la ciudad se recoge
en su desesperanza.
En el silencio total que nos inunda
un suspiro puede ser una amenaza.

Los lobos rondan las calles abandonadas.

De pronto: disparos y un grito a la distancia.
El corazón se agita.
Los ojos se dilatan.
Nadie se mueve.
Nadie dice nada.
Pero todos sabemos
en la tibia oscuridad de la casa
que alguien esta noche ha caído en una trampa.
Santiago, 1982